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domingo, 18 de marzo de 2012

Mmmmmm... el sol!

Estos días echaba de menos un jabón cítrico, alegre, que me diese alegría por la mañana, así que ayer, ni corta ni perezona decidí comerme una pizza y aprovechar el tiempo para hacer un jabón a mi gusto. Tenía un par de piezas del jabón de palma rojo que no me habían quedado bien cortadas (sí, es la pega del jabón artesano... que es artesano, y amorfo!) así que las rallé y reutilicé porque su intenso olor a canela y naranja iba a dar el fondo de mi nuevo jabón.

Como el jabón es para mí, fórmula sencilla, que me encanta y siempre sale bien (oliva, coco, ricino, palma, manteca de cerdo y macadamia), con un sobreengrasado ajustado y esenciales de lima, bergamota, verbena y mandarina.

Este jabón, aún nacido del espíritu del aprovechamiento, me parece de los más bonitos que me han salido. Sin pretensiones, pero llevando un soplo de sol, alegría y frescura al baño.



Sólo tengo 8 pastillas...

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