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domingo, 18 de septiembre de 2011

Coco choco

Soy muyyyyyyyyyyy poco original, así que para seguir practicando con las cosas que tengo, decidí hacer un jabón sencillo pero nutritivo. Lleva aceite oliva, coco, palma, y... por primera vez, una manteca!!! de cacao claro, que fue la base de crear el jaboncito. La mitad de la manteca fue de sobreengrasado, así como la pepita de uva. También lleva una cucharada rasa de cacao en polvo (eché con miedo porque leí que luego la espuma mancha, pero me doy cuenta que podría haber echado un poco más... iré probando), esencia de vainilla alimentaria en la parte clarita, que oscureció un pelín, y me atreví a sustituír el agua por leche de coco. Temeraria yo, decidí subir la concentración del jabón, ya que Isa, de La Trastienda, me había comentado el cómo, el dónde y el porqué.... y el resultado genial. ¡Me encanta desmoldar y que ya esté el jabón firme y manejable! No le añadí azúcar al agua porque la leche de coco, aunque la busqué lo menos "aliñada" posible, sí que llevaba azúcares. Han salido unas pastillas generosas, divertidas, peeeeeeeeeeeeero con manchitas de la leche de coco. La próxima vez la colaré para evitarlas porque no quedan demasiado bien, la verdad. Al probarlo he notado que el jabón es bastante más firme que los anteriores, no sé si por la manteca, la concentración o por mi autosugestión, el caso es que huele de muerte! y el tacto es suave con la espuma tan densa que hace. Dan ganas de darle un bocado...

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