Este jabón lo hice a mediados de Noviembre y fue un guiño navideño total. Es un clásico, sencillo y excelente: un jabón de Castilla (100% oliva virgen extra), pero sustituyendo el agua por cava (debí ponerle de nombre Reyes Católicos al jabón, cachis) y añadiendo aceite esencial de limón y de litsea cubeba. Concentración 38% y SE 5%. Trazó en un pis pas, seguro que por el cava, y ha salido firme y suave.
Me encantan los castillas, son cremosos, suaves y muy diferentes a los jabones habituales. Como anécdota, en Japón son los más demandados en los centros de estética para pieles delicadas.
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