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miércoles, 12 de octubre de 2011

Aloe vera

Jijijijiji decía yo que repetiría lo de los cucharazos, ¿verdad? Pues ni más ni menos, 3 días después volví a hacerlo. Aquí sí que me enfadé, hasta le sacudí al jabón con la cuchara de madera pero... no lo hagáis nunca, casi me quedo sin gafas: el cabroncete de él rebotó... bueno, yo que tenía todo listo para hacer capitas, ni capitas ni nada, lo metí apretando cual posesa en el molde y aún así lo tuve que meter al horno y alisarlo cuando estaba caliente porque no había manera... el caso... que tampoco me disgusta. Esto va a ser amor de madre, porque tampoco lo veo feo. Es el jabón de Shrek, dices eso y todos los niños de España querrán tener uno. Eso sí, prohibido poner como publicidad "hecho de moco de troll"...

El caso, mi tía tiene una superplanta de aloe con un montón de hijos, de los cuales me traje 3 a casa hace un par de semanas, mas una penca divina de la muerte para echarla en un jaboncito. Así que eso hice. Echarla en el jaboncito en la traza a la vez que la espirulina... tardo más en escribir "piedra" que éso en ponerse como tal... así que otra vez en guerra... luchando contra el aceite de oliva, el de coco, la cera de abeja y la manteca de karité.

El corte, igual que en el anterior, fue hecho con mas amor que arte, pero aquí está, luciendo espléndido ese colorcito verde menta.



Esa cestita que veis al fondo son los alfileres de fimo que hice para mi boda. Hice como 300 para 200 invitados, así que me sobraron un montón, pero no quiero desprenderme de ellos, me encantan. Así como mis saquitos de arroz de colores... ains. El mes que viene hará un año ya de mi boda, y ha pasado rápido, rápido, en comparación con el año de preparativos que pasó lento, lento...

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